Algunas veces o la mayoría se debe a la falta de motivación del profesor hacia sus alumnos o a la falta de interés de éstos.
Pero, ¿qué es la motivación?
Son los estímulos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación.
Esto va relacionado a los patrones de actuación que puede adoptar el profesor para motivar a sus alumnos y que éstos trabajen lo mejor posible, es por eso que al comienzo de la clase se debe captar la atención despertando la curiosidad y el interés y mostrando la relevancia de lo que se va aprender.
La curiosidad es un proceso de la conducta exploratoria activado a la novedad, complejidad y carácter inesperado en la cual se brinda información o se genera interés hacia lo que se plantea.
El interés hace referencia al hecho de mantener la atención centrada hacia un fenómeno novedoso, incierto, sorprendente o incongruente con el que se intenta dirigir la atención para poder comprender, para que se mantenga el interés se debe llevar ritmo, progresión, jerarquización e imágenes concretas a manera de que siempre parezca interesante y no aburrida.
La relevancia de los contenidos que se han de aprender o las tareas a realizar es muy importante para el niño ya que de ello depende si querrá realizarlo o no, como profesor se debe explicar la relevancia como metas a lograr o aprender algo nuevo para que el niño tenga la disposición de hacerlo.
Para que el alumno realice una actividad es conveniente que lo asuma como algo que desea y elige de forma autónoma y voluntaria y no como condición. Para estar motivado debe hacer algo que le guste y con quien este a gusto y cómodo para que pueda hacer algo que le parezca interesante y no como un trabajo que otros les imponen y llegar al rechazo y la desmotivación.
Las interacciones entre los alumnos son importantes si se manejan adecuadamente, si en realidad se aprende al trabajar en equipo, si se tiene un objetivo y si el tamaño del grupo es apto y si las instrucciones son claras podrá trabajarse motivado. La labor del profesor en estos casos ha de ser la de facilitar formas de interacción positivas enseñando a valorar las aportaciones de los compañeros por pequeñas que parezcan.
Antes durante y al final de la clase también debe existir la motivación; antes al establecer metas realistas, hacer ver la actividad como algo relevante para que los niños puedan seguir adelante, durante al dar mensajes de aliento, de ayuda o apoyo, en las que se orienta al sujeto hacia metas de aprendizaje y se enseñe a pensar, al final, con sus comentarios dará alientos respecto al trabajo realizado, revisará el proceso y les dará el mensaje de que no importa que se hayan equivocado porque lo que importa es avanzar.
Para la evaluación también debe haber motivación, ya que no se debe hacer sentir a los niños como fracasados, si no que se debe evaluar el progreso y desempeño que hicieron así como el aprendizaje adquirido, pero nunca hacerlos ver menos, si no motivarlos para que mejoren y den lo mejor de si en las siguientes clases.
La motivación es un aspecto muy importante y relevante para el desarrollo de la clase, ya que sin ella no se lograrán los propósitos y los niños no adquirirán un aprendizaje.
Como profesores debemos motivar a los alumnos hacia el trabajo, ya sea con mensajes positivos, gestos y acciones en las que no se pierda de vista el interés de los niños y que siempre se mantengan activos, con la mayor disposición de seguir trabajando sin perder el interés por lo que están haciendo.
“Todos podemos lograr algo, si en realidad se nos despierta el interés por hacerlo”
"Motiva y motivate para APRENDER"
Alonso Tapia, Jesús (1996)
“Condicionantes contextuales de la motivación por aprender”
En La motivación en el aula
pp. 31-50.
